Valencia 26 Enero 2011
Para Graciela Taquini
El regreso a Buenos Aires, unos años despuès, del primer viaje, fue muy satisfactorio, pues estuve invitado por los Centros Culturales de España en Buenos Aires y en Còrdoba.
Presentè un taller de video sobre "Las ciudades invisibles"(2007), en el Espacio de la Fundaciòn Telefònica y otro sobre "Miradas de mujer" (2007) en el Centro Cultural General San Martin de las capital porteña.
Ese viaje me permitiò comocer a la videoartista Graciela Taquini, que ejerciò de anfitriona y me contactò con diversos artistas del video como Marta Ares, Gabriela Golder, Ricardo Pons, etc.
Aùn recuerdo bien ese domingo soleado que fuimos a comer en el Club de Pescadores de Buenos Aires, acompañado de Graciela y amigos. Ese club, en la Costanera Norte y a orillas del Rìo de la Plata, està ubicado en un edificio de influencia inglesa, torre central y unos 500 metros de muelle, en la frontera natural de Argentina y Uruguay con una vista, al atardecer, del Rio de la Plata, dignos de disfrutar.
Alli tuve experiencias artìsticas distintas.
En el Centro Cultural San Martin presentè "Miradas de mujer", dentro de un programa màs amplio. El proyecto lo coordinaba Graciela.
En el Espacio de la Fundaciòn Telefònica, que coordinaba Alexandra d`Elia, mostrè "Las ciudades invisibles". Este centro, fue promotor de proyectos de "Arte y Nuevas Teconologìas" y allì descubrì videoartistas, para mì, inèditos como Gustavo Galuppo, Daniela Muttis, Julieta Hanono, Florencia Levy, etc. Recuerdo, con fruicciòn especial, la proyecciòn del video "Sweetheart" (2007) de Gustavo Galuppo, una de las joyas del videoarte argentino.
Estos pryectos coontaron con la cobertura de Lidia Blanco, directora del Centro Cultural de España en Buenos Aires. A Lidia la conocia de la Casa de América de España y como gestora cultural del Ministerio de Asuntos Exteriores. Moderna, eficaz y con buen gusto. Ahora creo que està destinada en Cartagena de las Indias.
Como anècdota puedo contar que, cerca del Hotel Dazzler Tower, donde me alojaba, descubrì un restaurante de asturianos, donde degusté buenas carnes, mejores vinos y unos panqueques dulces de postre para resucitar a un muerto. Por cierto, ese bar, tenia una puerta lateral para la venta de empanadas al pùblico. Bueno, si se trata de comer empanadas sabrosas, no tengo màs remedio que recomendar el restaurante El Sanjuanino que goza de prestigio en esa capital.
Ese viaje fue de exploraciòn de la escena plàstica argentina tanto en sus museos, como galerias, amèn de las visitas a videoartistas. Recuerdo que un dia Grata me llevò a las afueras de Buenos Aires donde visitamos un Taller de artistas alternativos. Grata, como es conocida y estimada, en la escena artistica porteña, conoce todos los recovecos del videoarte bonaerense. Conservo una foto suya, en la patio de La Recoleta, digna de mostrar algùn dìa.
Gracias a la labor de criticos de arte como Rodrigo Alonso, Laura Buccellato, Jorge La Ferla y Graciela Taquini, hoy conocemos mejor la videocreaciòn argentina.
La segunda parte del viaje me permitò ir al Noroeste del paìs, es decir a Còrdoba. Una tranquila ciudad de provincias con un Centro Cultural de España muy càlido, edificio de singular arquitectura y bastante prestigio en la ciudad.
De Còrdoba me traje varios recuerdos. Un restaurante con una deliciosa comida y selecciòn de vinos tintos de gran calidad. Un encuentro con el fotògrafo guatemalteco Luis Gonzàlez Palma que, para mi sorpresa, vivia desde hacìa unos años en la altiplanicie de Còrdoba. Y la imagen de una calle, en el centro mismo de la ciudad, adornada con fotos de las vìctimas -- muertos, torturados, desaparecidos -- de la dictadura militar argentina.
La sombra alargada del terrorismo de Estado habìa llegado a todos los rincones argentinos.
En el centro hispano, aparte de los buenos oficios de la coordinadora cultural, descubri un diseñador gràfico de una modernidad insuperable. El autor, cuyo nombre no recuerdo, habia hecho de la disparidad formal, la razòn de ser de su obra. De esta manera los papeles impresos del centro español se distinguìan por la estètica irregular y colorista de sus propuestas.
Creo que en ese viaje crucè el Rio de la Plata en aviòn hasta Montevideo. Pero esa es, evidentemente, otra historia.
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