Lunes 31 de enero de 2011
EL CASTILLO DE SAN SEBASTIÀN
De niño vivì dentro del mar y no era un barco.
¿Donde viví?
¿Donde viví?
Esa pregunta se la he hecho a muchos amigos y nadie acertaba la respuesta. La incògnita, para cualquier ciudadano de la urbe de Càdiz, tenìa fàcil soluciòn: el Castillo de San Sebastiàn.
Càdiz, una de las siete capitales de provincia de la comunidad andaluza, tiene algunos privilegios respecto al resto de las ciudades del sur de España: es puerto de mar, tiene unos carnavales de raigambre popular y particular salero y además puede presumir de tener dos castillos en el mar.
Los dos castillos, como una pareja bien avenida, comparten el Océano Atlántico, estàn junto a la playa de la Caleta y tienen nombre de santo y santa. Ademàs han tenido, durante un tiempo, funciones distintas: uno càrcel militar y otro fortìn militar. Les hablo, claro està del Castillo de Santa Catalina y el Castillo de San Sebastiàn.
Sobre este ùltimo recordaré algunos aspectos de su historia. Segùn la leyenda, esta fortaleza marìtima y militar, està asentada en una pequeña isla que fue, en su origen, templo griego de Kronos, luego torre-atalaya musulmana y desde el siglo quince ermita de advocaciòn a San Sebastiàn. La construcciòn del castillo tiene fecha de 1706, el faro interior, de 41 metros de altura, lo construyò Rafael de la Cerda en 1908 y desde 1860 cuenta con un malecòn que une el islote a la ciudad por la puerta de la Caleta gaditana.
Por las mismas fechas que fue declarado "bien de interès cultural", el teniente del Ejército español, Luis Garcìa Rodriguez, fue destinando a la plaza militar ubicada en el Castillo de San Sebastiàn. Parte de mi niñez, junto a mis hermanos, transcurriò pues en ese lugar estatègico de la defensa de la ciudad de Càdiz. En el àlbum familiar, de tapas rojas oscuras y cartulinas negras donde se fijaban con esquineras las fotografìas, se conservan algunas secuencias de nuestra estancia en aquel destacamento militar. Una de esas fotos es singular pues aparecen mis hermanos como unos desarrapados del siglo diecinueve. Fueron figurantes de un filme de aventuras: "Los ùltimos de Filipinas", rodada en el Casillo de San Sebastiàn. Años màs tarde, se rodarìan en ese mismo lugar pelìculas sobre historias de James Bond o el Capitan Alatriste.
Por las mismas fechas que fue declarado "bien de interès cultural", el teniente del Ejército español, Luis Garcìa Rodriguez, fue destinando a la plaza militar ubicada en el Castillo de San Sebastiàn. Parte de mi niñez, junto a mis hermanos, transcurriò pues en ese lugar estatègico de la defensa de la ciudad de Càdiz. En el àlbum familiar, de tapas rojas oscuras y cartulinas negras donde se fijaban con esquineras las fotografìas, se conservan algunas secuencias de nuestra estancia en aquel destacamento militar. Una de esas fotos es singular pues aparecen mis hermanos como unos desarrapados del siglo diecinueve. Fueron figurantes de un filme de aventuras: "Los ùltimos de Filipinas", rodada en el Casillo de San Sebastiàn. Años màs tarde, se rodarìan en ese mismo lugar pelìculas sobre historias de James Bond o el Capitan Alatriste.
Nacì en el Mediterràneo, vivì en la costa marroquì de Larache y pasé una feliz niñez en el Atlàntico andaluz.
Ahora entiendo lo que siento al pasear por algunos de los malecones de La Habana, San Juan de Puerto Rico o Veracruz.
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