lunes, 31 de enero de 2011

HISTORIAS URBANAS: MEXICO (I)

Valencia 1 Febrero 2011

Para Jorge Renau

Por las mismas fechas que el Coronel Tejero entraba en el Congreso de los Diputados me concedieron una beca en México. Tras las huellas de Siquieiros y Renau me fui un año a ese paìs. Con un telegrama bajo el brazo y mil dòlares en el bolsillo llegaba al aeropuerto de Benito Juàrez. Nadie me esperaba. Pernoctè en un hotel que, años màs tarde, cayò en pedazos por culpa de un temblor.
Becario de la Secretaria de Relaciones Exteriores, pronto supe que ganaba 8.500 pesos, tenia un credencial acadèmico y debia presentarme, junto al Auditorio Nacional, a inicios de cada mes. El montante del cheque daba para quince dias y poco màs.  Asì pues, empecè a buscar trabajo y alojamiento. La familia Ballester-Gaos-Renau me resolviò la cuestiòn en un santiamén. Me alojaron en el apartamento de Jorge Renau. Uno de los nietos de José Renau.
Apenas tres dias despues de mi aterrizaje en esa gran ciudad me percatè que vivìa en el centro, a unos metros de la Embajada de Norteamèrica, la Zona rosa y el Samborns del Angel de la Independencia. ¿Podìa pedir màs? La colonia de Cuauhtémoc fue mi lugar de residencia hasta que me trasladé a otro barrio.
Jorge era ingeniero y realizador de videos de publicidad. Acababa de separarse. Vivìa entonces solo. Pronto hicimos amistad y conocì a sus amigos.
A inicios de los ochenta la ciudad tendrìa unos 12 millones de habitantes, un centenar de barrios y un eje vial que cruzaba la urbe de norte a sur. Fue entonces cuando descubrì los "bochos" verdes, las "combis" colectivas y el metro mas limpio de América Latina.
Por entonces supe lo que era el "smog", una especie de neblina grisàcea irrespirable que cubrìa, dìa a dìa la ciudad. La circulaciòn, mañana, tarde y noche, de varios millones de coches, producìa esa contaminaciòn urbana.
Algunas noches ìbamos al Teatro La Blanquita, a bailar con "ficheras" en la Colonia Roma o a comer "tacos" en la Colonia Condesa.
Jorge llevaba un vida algo licenciosa. De eso se contagia cualquiera. Creo, que nos divertimos un poco, rodeados de mota, peyote y hongos. Y alguna pasiòn terrenal incluida.
Gracias a las excursiones domincales conocì Cuernavaca, subì al Tepozteco y comimos en el Casino de la Selva, cuyo restaurante habia pintado Renau. Guardo fotos de entonces en el Ajusco, Tepoztlan y Cuautla, donde aparecen Ambra y Xochitl, amigas para el resto de la vida.
Los recuerdos que conservo como becario en México son imborrables. Ser becario en el extranjero, te marca para el resto de la vida.
Ese año en la capital mexicana, conocì a Carlos Monsivais, Vicente Rojo y Cardoza y Aragòn, dì una conferencia en el Palacio de Minerìa y me entrevistò en el Canal Trece, Raquel Tibol.
Ese año inicié una ruta azteca que ha durado màs de tres décadas. Quedé vinculado a México para siempre.
A veces, me digo que soy màs "chilango" que el pulque.
Al cabo de unos meses me trasladé a la Colonia Condesa, a casa de las Hermanas Pecanins pero, esa, es otra historia.

EL CASTILLO DE SAN SEBASTIÀN


Lunes 31 de enero de 2011

EL CASTILLO DE SAN SEBASTIÀN

De niño vivì dentro del mar y no era un barco. 
¿Donde viví? 
Esa pregunta se la he hecho a muchos amigos y nadie acertaba la respuesta. La incògnita, para cualquier ciudadano de la urbe de Càdiz, tenìa fàcil soluciòn: el Castillo de San Sebastiàn.
Càdiz, una de las siete capitales de provincia de la comunidad andaluza, tiene algunos privilegios respecto al resto de las ciudades del sur de España: es puerto de mar, tiene unos carnavales de raigambre popular y particular salero y además puede presumir de tener dos castillos en el mar. 
Los dos castillos, como una pareja bien avenida, comparten el Océano Atlántico, estàn junto a la playa de la Caleta y tienen nombre de santo y santa. Ademàs han tenido, durante un tiempo, funciones distintas: uno càrcel militar y otro fortìn militar. Les hablo, claro està del Castillo de Santa Catalina y el Castillo de San Sebastiàn. 
Sobre este ùltimo recordaré algunos aspectos de su historia. Segùn la leyenda, esta fortaleza marìtima y militar, està asentada en una pequeña isla que fue, en su origen, templo griego de Kronos, luego torre-atalaya musulmana y desde el siglo quince ermita de advocaciòn a San Sebastiàn. La construcciòn del castillo tiene fecha de 1706, el faro interior, de 41 metros de altura, lo construyò Rafael de la Cerda en 1908 y desde 1860 cuenta con un malecòn que une el islote a la ciudad por la puerta de la Caleta gaditana. 
Por las mismas fechas que fue declarado "bien de interès cultural", el teniente del Ejército español, Luis Garcìa Rodriguez, fue destinando a la plaza militar ubicada en el Castillo de San Sebastiàn. Parte de mi niñez, junto a mis hermanos, transcurriò pues en ese lugar estatègico de la defensa de la ciudad de Càdiz. En el àlbum familiar, de tapas rojas oscuras y cartulinas negras donde se fijaban con esquineras las fotografìas, se conservan algunas secuencias de nuestra estancia en aquel destacamento militar. Una de esas fotos es singular pues aparecen mis hermanos como unos desarrapados del siglo diecinueve. Fueron figurantes de un filme de aventuras: "Los ùltimos de Filipinas", rodada en el Casillo de San Sebastiàn. Años màs tarde, se rodarìan en ese mismo lugar pelìculas sobre historias de James Bond o el Capitan Alatriste. 
Nacì en el Mediterràneo, vivì en la costa marroquì de Larache y pasé una feliz niñez en el Atlàntico andaluz. 
Ahora entiendo lo que siento al pasear por algunos de los malecones de La Habana, San Juan de Puerto Rico o Veracruz.

martes, 25 de enero de 2011

HISTORIAS URBANAS: BUENOS AIRES (VI)

Valencia 26 Enero 2011

Para los amigos Bocelli, Raponi y Pons

Regresar, de nuevo, a Buenos Aires con un taller de videoarte, en la Primavera de 2008, fue màs complicado de lo previsto, pues un pequeño accidente, al subir a un autobús, en Valencia, con lesión en una rodilla, me privó del viaje programado a la Repùblica Argentina.
Pese a este incidente, los buenos oficios de Lidia Blanco y Grata Taquini, me permitieron presentar "Las ciudades invisibles" (2008), unos meses màs tarde, en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de Buenos Aires.
En esa ocasiòn me alojè en el Hotel Bel Air, cercano al Espacio Fundaciòn de Telefònica, a la nueva sede del Centro Cultural de España y a la vivienda de la artista Marta Menujin, a quien habìa conocido en una fiesta en casa del Presidente de la Feria de Arteba en el 1999.
La obra de Marta Menujin me era familiar por una instalaciòn de paquetes de cafè en la Bienal de Porto Alegre. Una obra espectacular. Un "work in progress" pues el pueblo brasileño de Rio Grande do Sul, iba hasta la sede de la bienal y se llevaba el paquete de cafè gratuito al alcance de todo espectador. Una idea ingeniosa de la artista de autèntica utilidad pùblica.
Marta, que ha hecho muchas y originales instalaciones al aire libre de gran impacto, expone ahora en el Museo de Arte Latinoamercano de Buenos Aires.
El Hotel Bel Air, al que volvì cuando gestionè la participaciòn de artistas argentinos en "Nostalgia de futuro" (2008), es un tres estrellas, muy bien acondicionado, excelente desayuno, bar de copas, precio razonable y cerca de un parque y de una libreria de viejo El Incunable, que recomiendo a todo bibliòfilo.
En ese viaje coincidì en el Hotel con el profesor Nel Diago y varios colegas expertos en teatro latinoamericano, con los que comparti alguna comida, acudì a alguna de sus charlas y nos divertimos un rato contando historias viajeras.
La sesiòn de videos en la Universidad de Buenos Aires fue concurrida y los profesores Boselli y Raponi me atendieron tan bien que terminamos cenando en su solariega casa en el càlido y acogedor Barrio de Palermo.
En ese viaje conocì, por recomendacion  de Grata, a la profesora Andrea Giunta, historiadora del arte que participò en "Nostalgia de futuro", seleccionando a artistas argentinos del nivel de Adolfo Nigro, Magdalena Jitrik y Leòn Ferrari que, un año màs tarde recibirìa el premio de la Bienal de Venecia.
Los vinculos culturales con Buenos Aires iban, paso a paso, avanzando.
Han pasado ya diez años del primer viaje. Ya me siento algo familiarizado con una ciudad que, como cuento a veces, con cierta sorna, a veces me parece un "barrio parisino, lleno de italianos y gallegos, con acento uruguayo". Bueno... esto lo digo en broma pues a los porteños no creo que les haga mucha gracia este juicio de valor de andar por casa.
Hay una pequeña historia, sin embargo que nunca he contado. Es la vida publica eròtica de algunos argentinos. Ni màs ni menos que cualquier gran ciudad latinoamericana, pero con una peculiaridad: la oferta de sexo se hace, curiosamente, en las cabinas al aire libre, de Telecom o Telefònica a través de unos anuncios, tamaño tarjeta, impresos en papel de fotocopia y bajo gramaje, con reproducción fotográfica incluida. Los pequeños anuncios, anexos a los telèfonos, muestran una oferta muy variada y precios razonables. Pero de esa historia curiosa porteña lo que más me interersó fue la literatura. Darè algunos ejemplos de la oferta sexual bonaerense, vigente hasta hoy en dia, en papeles blancos, rosas y azules:
"Flaca relinda real"; "Madurita audaz. te espera, ¿te animas?", "Señorita de primer nivel: bucal c/s, lesbianismo, colita full, frigobar, ambiente climatizado", "¿Te vas a perder esta cola?, venite, no te arrepentiràs".
Por el signo de los precios el servicio oscila entre 20 y 30 dòlares salvo Tamara, una flaca relinda real, solita en su apartamento, que ofrecìa a 15 el bucal y 25 el completo. Todo eso en la Calle Tucumàn, 1567, 1° piso, departamento 9, en Buenos Aires, telèfono: 43721427.
Hasta aquì la oferta nacional. Prosigue la oferta internacional.
"Paraguayita, hot!!!", "Morochas caribeñas", "Brasileras, paraguayas y argentinas".
Ah!, ¿Pero creian que me estaba inventando esta historia? Pues no, es tal como la expongo. Una oferta privada, a domicilio y hoteles. ¿quien da màs?
Quizàs, una historia como esta, pueda interesarle al "cavaliere" en su Pròxima visita a la orilla sur del Rio de la Plata.

HISTORIAS URBANAS: BUENOS AIRES (V)

Valencia 26 Enero 2011

Para Graciela Taquini

El regreso a Buenos Aires, unos años despuès, del primer viaje, fue muy satisfactorio, pues estuve invitado por los Centros Culturales de España en Buenos Aires y en Còrdoba.
Presentè un taller de video sobre "Las ciudades invisibles"(2007), en el Espacio de la Fundaciòn Telefònica y otro sobre "Miradas de mujer" (2007) en el Centro Cultural General San Martin de las capital porteña.
Ese viaje me permitiò comocer a la videoartista Graciela Taquini, que ejerciò de anfitriona y me contactò con diversos artistas del video como Marta Ares, Gabriela Golder, Ricardo Pons, etc.
Aùn recuerdo bien ese domingo soleado que fuimos a comer en el Club de Pescadores de Buenos Aires, acompañado de Graciela y amigos. Ese club, en la Costanera Norte y a orillas del Rìo de la Plata, està ubicado en un edificio de influencia inglesa, torre central y unos 500 metros de muelle, en la frontera natural de Argentina y Uruguay con una vista, al atardecer, del Rio de la Plata, dignos de disfrutar.
Alli tuve experiencias artìsticas distintas.
En el Centro Cultural San Martin presentè "Miradas de mujer", dentro de un programa màs amplio. El proyecto lo coordinaba Graciela.
En el Espacio de la Fundaciòn Telefònica, que coordinaba Alexandra d`Elia, mostrè "Las ciudades invisibles". Este centro, fue promotor de proyectos de "Arte y Nuevas Teconologìas" y allì descubrì videoartistas, para mì, inèditos como Gustavo Galuppo, Daniela Muttis, Julieta Hanono, Florencia Levy, etc. Recuerdo, con fruicciòn especial, la proyecciòn del video "Sweetheart" (2007) de Gustavo Galuppo, una de las joyas del videoarte argentino.
Estos pryectos coontaron con la cobertura de Lidia Blanco, directora del Centro Cultural de España en Buenos Aires. A Lidia la conocia de la Casa de América de España y como gestora cultural del Ministerio de Asuntos Exteriores. Moderna, eficaz y con buen gusto. Ahora creo que està destinada en Cartagena de las Indias.
Como anècdota puedo contar que, cerca del Hotel Dazzler Tower, donde me alojaba, descubrì un restaurante de asturianos, donde degusté buenas carnes, mejores vinos y unos panqueques dulces de postre para resucitar a un muerto. Por cierto, ese bar, tenia una puerta lateral para la venta de empanadas al pùblico. Bueno, si se trata de comer empanadas sabrosas, no tengo màs remedio que recomendar el restaurante El Sanjuanino que goza de prestigio en esa capital. 
Ese viaje fue de exploraciòn de la escena plàstica argentina tanto en sus museos, como galerias, amèn de las visitas a videoartistas. Recuerdo que un dia Grata me llevò a las afueras de Buenos Aires donde visitamos un Taller de artistas alternativos. Grata, como es conocida y estimada, en la escena artistica porteña, conoce todos los recovecos del videoarte bonaerense. Conservo una foto suya, en la patio de La Recoleta, digna de mostrar algùn dìa.
Gracias a la labor de criticos de arte como Rodrigo Alonso, Laura Buccellato, Jorge La Ferla y Graciela Taquini, hoy conocemos mejor la videocreaciòn argentina.
La segunda parte del viaje me permitò ir al Noroeste del paìs, es decir a Còrdoba. Una tranquila ciudad de provincias con un Centro Cultural de España muy càlido, edificio de singular arquitectura y bastante prestigio en la ciudad.
De Còrdoba me traje varios recuerdos. Un restaurante con una deliciosa comida y selecciòn de vinos tintos de gran calidad. Un encuentro con el fotògrafo guatemalteco Luis Gonzàlez Palma que, para mi sorpresa, vivia desde hacìa unos años en la altiplanicie de Còrdoba. Y la imagen de una calle, en el centro mismo de la ciudad, adornada con fotos de las vìctimas -- muertos, torturados, desaparecidos -- de la dictadura militar argentina.
La sombra alargada del terrorismo de Estado habìa llegado a todos los rincones argentinos.
En el centro hispano, aparte de los buenos oficios de la coordinadora cultural, descubri un diseñador gràfico de una modernidad insuperable. El autor, cuyo nombre no recuerdo, habia hecho de la disparidad formal, la razòn de ser de su obra. De esta manera los papeles impresos del centro español se distinguìan por la estètica irregular y colorista de sus propuestas.
Creo que en ese viaje crucè el Rio de la Plata en aviòn hasta Montevideo. Pero  esa es, evidentemente, otra historia.

HISTORIAS URBANAS: BUENOS AIRES (IV)

Valencia 26 Enero 2011

 Para mis amigos porteños

Al cabo de los años he visitado en tres ocasiones Buenos Aires. Primero con una exposiciòn de Juan Genovès (1999). Luego con un Taller de videoarte (2007). Finalmente para devolver las obras de la muestra "Nostalgia de futuro" (2010).
La primera vez iba con el Consorcio de Museos, en los años que Consuelo Cìscar promovia la cultura valenciana por medio mundo y en particular Amèrica Latina. La comitiva de artistas y funcionarios valencianos superàbamos la docena de personas y la experiencia viajera tuvo sus luces y sus sombras.
Luces consecuencia de la calidad de la exposiciòn "Secuencias y Sueños" (1999) de Genovès y excelente recepciòn de pùblico y prensa.
Sombras por algùn encontronazo con el entonces director del Museo Nacional de Bellas Artes, Jorge Glusberg, particular personaje de la escena artìstica argentina.
En la capital porteña nos encontramos un dìa con el escultor Miquel Navarro que itineraba su obra por la escena museìstica latinoamericana.
Con la comitiva valenciana viajaban, asimismo, los artistas Uiso Alemany, Natividad Navalòn, Vicente Peris, Ramòn de Soto y Jose-Marìa Yturralde.Y, al frente de todos ellos, Consuelo Ciscar como responsable del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana.
Como anècdotas del viaje recuerdo que un dia unos artistas nos pidieron a Genovès y a mi que firmaramos una Carta en defensa de Consuelo Ciscar, de lo que nos abstuvimos y otro dia los pintores Uiso Alemany y Vicente Peris, no muy sobrios, armaron un escàndalo en el hotel, pintando con spray la habitaciòn donde se alojaban.
Curiosas historias del extraño mundillo del arte con sus extravagancias "sui generis". Por una parte el perfil de arte y polìtica y por otra parte el perfil de arte y bohemia.
A decir verdad de donde procedìamos Genovès y yo esas pràcticas nos eran extrañas.
En otro orden de cosas el viaje nos permitiò descubrir algunos rincones inolvidables de esa hermosa ciudad como el cementerio, centro cultural y jardines de la Recoleta; la excelente colecciòn històrica del Museo Nacional de Bellas Artes y el barrio tìpico de San Telmo, con sus anticuarios y bazar dominical.
Hablar de Buenos Aires, en tèrminos culturales, es hablar de infinidad de teatros y de librerias.
Hablar de Buenos Aires es tambièn hablar de carnes a la parrilla, empanadas deliciosas y vinos de Mendoza y la Patagonia que poco tienen que envidiar a los caldos mediterràneos.
Aquel viaje, con un simposio internacional de arte incluido, me permitiò conocer a algunos protagonistas històricos de la fotografia argentina como Anne Marie Heindrich, Sara Facio y Marcos Lòpez. Tres maneras distintas de entender la fotografìa: el retrato, el reportaje y la estètica pop. Creo que entonces, ya habian fallecido Horacio Coppola y Grete Stern, los grandes creadores de la fotografia argentina del siglo veinte.
Las imàgenes de Horacio Coppola del Buenos Aires de los años treinta que, un dia, se exhibieron en el Instituto Valenciano de Arte Moderno, son un crisol del carisma de esa ciudad. Una urbe que, en algunos barrios, recuerda la capital francesa. Una urbe que, en el barrio de Palermo, recuerda la capital mexicana. Donde Buenos Aires tiene un perfil popular indiscutible en en el barrio de la Boca, porteño, castizo y futbolero.
Pero ese viaje me brindò otra oportunidad: conocer y entrevistar en su estudio de San Telmo, al artista conceptual argentino Oscar Bony. El testimonio està impreso en la revista "Làpiz" (2000). Alto, fuerte y gesto duro, me enseõ aslgunas de sus obras e incluso la pistola que utilizasba para disparar sobre sus autorretratos. Unos años màs tarde, algunas de las obras que descubrì en su taller y en una muestra personal en el Museo de Arte Moderno, que dirigìa Laura Bucellato, pude exhibirlas en el Espai d`Art Contemporani de Castellò. Por entonces ya habia fallecido Oscar Bony y su hija y heredera, una cantante de rock, me diò todas las facilidades del mundo para exhibir la obra de su padre. Làstima que Gonzàlez Pons, entonces conseller de cultura,  censurara la muestra de "Tinieblas"(2004), por lo que carecemos del catàlogo que darìa fe de la creatividad artìstica, entre otros, de Oscar Bony y sus autorretratos baleados.
Si no recuerdo mal por las mismas fechas que estàbamos en Buenos Aires tenia lugar la feria artìstica de Arteba, donde habìa un "stand" del Consorcio de Museos con obras de Genovès e Iturralde. Un dia, por cierto, uno de los cuadros, de gran formato, de Genovès se callò de repente, para mayor indignacion del artista pues la obra se deteriorò y ademàs no pudo venderse.
Estas historias, por cierto, pueden ocurrir en cualquier feria o muestra itinerante que circule por el mundo. Es, uno de los riesgos, de las exposiciones viajeras.
Pero de estas anècdotas hablaremos otro dìa.

UN MUSEO, UN CARTEL

Valencia 25 Enero 2011

Para Vicent Garcés

En el otoño de 1978, apenas aprobada la Constituciòn Española y sin haberse celebrado aùn las primeras elecciones democràticas, se organizò en el Ayuntamiento de Valencia la muestra del Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende.
Para entender, un poco esa exposiciòn, habrìa que recordar el golpe de estado militar de Chile (1973) que tuvo como consecuencia la muerte del presidente Salvador Allende y la derogaciòn del sistema democràtico en ese paìs.
La escena artìstica internacional y la española en particular reaccionò ante estos hechos poniendo en marcha una muesta en solidaridad con Chile.
Estamos hablando de la dècada de los setenta, en la que algunos artistas eran sensibles a estas cuestiones y la atenciòn polìtica se centraba en los conflictos de Oriente Medio y Viet-Nam y las espectativas de cambio que ofrecìa la isla de Cuba.
En un continente como el de Amèrica Latina con muchos gobiernos dictatoriales -- Argentina, Brasil, Perù, El Salvador, Uruguay, etc -- un nuevo lervantamiento militar contra un presidente de la Repùblica socialista, hizo reaccionar a diversos e importantes artistas españoles y mostrarse solidarios con una actividad artìstica solidaria con Salvador Allende y Chile.
Estamos hablando de autores del nivel de Juan Genovès, Pablo Serrano, Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, el Equipo Crònica y un largo etcètera de cerca de 100 artistas.
Los organizadores de esta actividad encontraron en Valencia unos interlocutores de excepciòn: el ingeniero industrial Vicent Garcès y el abogdo Joan Garcès. Ambos militantes de izquierda socialista. Los hermanos Joan y Vicent Garcès habian colaborado con el gobierno de Salvador Allende y fueron una pieza clave en impulsar una muestra que exhibiera las pinturas, esculturas, dibujo, grabados, donadas para esta causa.
La primera muestra del llamado Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende tuvo lugar en Valencia.
En aquella exposiciòn se produjo una anécdota que motiva este texto.
Promovida la exhibiciòn de ese museo itinerante por diversas fuerzas de izquierdas, que apenas salìan de la clandestinidad, se solicitaron, a artistas dstintos, un cartel original para publicitar la exposiciòn.
A causa de este error organizativo se encargaron dos carteles para un mismo objetivo. Uno lo hizo el pintor nacionalista Antoni Mirò. Otro lo hizo el grupo Equipo Crònica. El primero se imprimiò como cartel oficial. El segundo como portada del
catàlogo-folleto de la muestra.
La exposicion contò con la presencia de Miria Contreras, la "Payita", secretaria personal de Salvador Allende y tuvo gran èxito de pùblico y prensa.
Esos fondos artìsticos circularon por diversas ciudades y al cabo de los años se depositaron en el Instituto Valenciano de Arte Moderno, tras exhibirse de nuevo en el Paìs Valenciano (1984).
Al cabo de los años recuperè, en una imprenta valenciana, el boceto original del cartel del Equipo Crònica y tras devolverselo a Manuel Valdès -- por entonces habìa fallecido ya Rafael Solbes --, este pintor me obsequiò, como recuerdo de esa experiencia, la obra en cuestiòn.
Apenas unos años màs tarde Joan Lerma, por entonces Presidente de la Generalitat Valenciana, decidiò entregar al Chile democràtico esos fondos artìsticos que conformarìan, definitivamente, el Museo Salvador Allende de Santiago de Chile.
Con esa decisiòn, el Paìs Valenciano y màs concretamnte el Ivam, se quedaba sin ningùn vestigio del Museo Salvador Allende. Entonces decidì que ese original del Cartel del Equipo Crònica debìa estar en el museo valenciano.
Un dìa, acompañado del diputado Vicent Garcès, fuimos a ver a Carmen Alborch, entonces directora del Ivam e hice donaciòn de esa obra.
Desde entonces, el Instituto Valenciano de Arte Moderno tiene ese Cartel del Equipo Crònica y una obra representativa de la solidaridad de los artistas con algunos hechos històricos.
El arte, desde mi punto de vista, es algo màs que el mercado del arte.

lunes, 24 de enero de 2011

HISTORIAS URBANAS: TEGUCIGALPA (III)

Martes 25 Enero 2011

Para Regina Aguilar y Bayardo Blandino


Antes de aterrizar en el intrincado aeropuerto de la capital de Honduras, pasé una noche en Ciudad Guatemala y media tarde en San Pedro Sula.
En aquel azaroso viaje pensè que no iba a llegar nunca a Tegucigalpa.
Fui a esa ciudad centro-americana a dar un taller de videoarte en el centro cultural Mujeres en las Artes dirigido, claro està por una mujer. Eso, supongo, que facilitò mi primer viaje a Honduras.
La primera sorpresa de ese viaje fue poder hacer un periplo por el paìs. Recorrer el paìs hondureño, desde Tegucigalpa a Copan, en una furgoneta y con tres extranjeros, fue una experiencia peculiar.
Tegucigalpa tiene una plaza con estatua ecuestre dedicada a Francisco Morazàn, un bello edificio de Correos y un antiguo palacio decimonònico convertido en Museo de la Identidad Nacional.
El resto de mis recuerdos se pierden en unas vias pùblicas convertidas en "tianguis" populares y unas urbanizaciones de nuevos ricos alrededor de la capital.
La primera sorpresa, al llegar a la ciudad, fue ver fuerzas militares circulando al anohecer y comercios turìsticos protegidos con vigilantes armados. Como los bancos.
Esa sensaciòn de ciudad protegida, la perdì en cuanto salimos camino de la frontera guatemalteca.
Honduras me pareciò un paìs campesino, con mucha ganaderìa y agua por doquier. Y un buen cafè.
Las poblaciones que pudimos disfrutar, entre Tegucigalpa y Copan pasando por San Pedro Sula, me recordaban algunas ciudades mexicanas. Con su iglesia mayor, plaza arbolada, calles diàfanas y viviendas de una sola planta.
Copan es el nùcleo prehispànico, es decir maya, màs importante de Honduras. Familiarizado con las piràmides mexicanas en Teotihuacàn, Chichen Itzà o Tulum, los restos arqueològicos de Copan y el parque natural anexo, me pareciò de excepcional belleza. Como el quetzal junto al àrbol y las calaveras mayas del museo.
Al retorno del periplo dimos nuestros cursos en un magnìfico hotel, con alberca incluida y gala nocturna final.
Otra historia, muy diversa, fue el taller de videoarte en la sede de Mujeres en las Artes. Alli pude conocer de cerca a algunos jòvenes artistas hondureños -- Vìctor Lòpez, Byron Mejia, Xenia Mejìa, etc-- que luego participarìan el la muestra "Nostalgia de futuro" (2009).
Desde la escena artìstica hondureña pude entender, mejor, el discurso de Pèrez Ratton, por una estrategia plàstica centro-americana.
Costaricenses, guatemaltecos, hondureños, nicaragunses y salvadoreños unidos en una misma regiòn.
Ahora que, Pèrez Ratton se ha ido para siempre, creo que Centro América esta, estèticamente, huèrfana.